A un señor se le caen al suelo los anteojos, que hacen un ruido terrible al chocar con las baldosas.
El señor se agacha afligidísimo porque los cristales cuestan muy caro, pero descubre con asombro que por milagro no se le han roto.
Ahora éste señor se siente profundamente agradecido y comprende que lo ocurrido vale por una advertencia amistosa, de modo que se encamina a una casa de óptica y adquiere enseguida un estuche de cuero almohadillado, a fin de curarse en salud.
Una hora más tarde, se le cae el estuche, y al agacharse sin mayor inquietud, descubre que los anteojos se han hecho polvo.
A éste señor le lleva un rato comprender que los designios de La Providencia son inescrutables y que, en realidad, el milagro ha ocurrido ahora.
Julio Cortázar.
14 Comments:
Confundir milagros es de lo más frustrante.
Que cagada.
Es como que te mee un elefante.
cuanta cultura
Estoy salada lo que pasa
por eso: jodanse a los que usan lentes
¿Suerte o desgracia? Me hizo acordar a una peli argentina donde está Pauls y el narigón de Los Simuladores (ejem... soy horrible para los nombres)...
Como diria Locke, el verdadero protagonista de Lost, no confundamos coincidencias por el destino.
Agustina, usted me debe sus rarezas!
almohadillas o no almohadillas esa es la cuestión.
esa es la cuestión?¿?¿
...los milagros suceden sin previo aviso...
osea que No hay tu tía
esa es la gran conclusión
aja
cortazar
y algo de juceca, no tiene?
El sábado pasao se me rompió un cristal de las gafas!!
Cuídate querida
Aquí un gallego
Muy bueno. Saludos a la ciberdistancia.
Hay que usar lentes con la cuerdita al cuello, a lo veterano asi no se caen más.
A huevo!
Saludos Agoos
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