Éstos días he tenido "charlas" vía email en los que me ponía en contacto con gente que hace muuuucho que no veo ni charlo.
La conversación derivaba en la típica pregunta de "¿Qué has hecho?" y me di cuenta que mi respuesta es la misma: todo sigue igual. Monotonía y monotonía en mi vida. Facultad, trabajo, salidas, alcohol y televisión. Los mismos eternos temas en mi casa, y los mismos eternos temas con mis amigas. Algo de estudio, pero nada más.
Me volví previsible. Aburridamente monótona.
Y me embola. Mucho.
Así que no sé, tengo que hacer algo para cambiarlo.
Pensé en hacer tantas cosas. Alguien me dijo -si, es verdad esto que me dijeron- que tenía que conseguirme "un novio derecho". ¿Un novio derecho?
Ah, y me recomendaron cambiar de amistades.
Como si las parejas y los amigos se eligieran en un super, por precio!
Me resultó tan increíble lo que escuchaba como lo que dijo una amiga que se va acasar, que lo hacía porque "ya estaba en edad". ¿Hay edad para casarse?
Casarse.
Antes significaba un cambio casarse. Un cambio fuerte. Para empezar, la mujer dejaba de ser virgen, y se ataba al mismo tipo toda la santa vida con la alta probabilidad de que resultara el mayor fracaso de su vida, salvo por los hijos, a los que se aferraría cual juguete.
Segundo: se iban a vivir juntos como la iglesia y las buenas costumbres mandan.
No puedo creer que hay personas que piensan asi aún: ser la "señora de". Puaj!
Lo confieso: si me caso es para gastar una cantidad enorme de plata, derrocharla y ser una novia borracha a la hora de cortar la torta y dormirme en mi noche de bodas.
Amén.